jueves, 3 de marzo de 2011

Si lees esta línea, no recuerdes la mano que lo escribió, Recuerda sólo el verso, el llanto del autor, aquel sin lágrimas. Porque le he dado su fuerza y se ha transformado en mi única fuerza. Hogar confiable, regazo de madre, posible inmortalidad. Donde lo que he estado deseando se convierte en una emoción que nunca conocí. El dulce piano redacta mi vida.

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